Ejecutivos en Primera Base
José María Román - Artículo publicado en La Vanguardia
21/04/2013

En La Vanguardia de este Domingo 21 de Abril de 2013 aparecía un artículo escrito por Mar Galtés sobre nuestro amigo José María Román, directivo del CB Barcelona.

Ejecutivo de primera base

·          21 abr 2013

·         La Vanguardia

·         MAR GALTÉS Barcelona

He aprendido mucho de gestión por la vía del deporte”. José María Román ha sido jugador y entrenador de béisbol, “que la gente cree que es sólo fuerza, pero tiene un componente técnico enorme”. Dedicarse a un deporte minoritario tiene cierto paralelismo con su trayectoria profesional de directivo al frente de empresas que no son las que están en el escaparate. Y es un bagaje que le ayuda también ahora a enfocar a los ingenieros aspirantes a emprendedores a los que acompaña desde Enginova. Román creó en el 2008 y dirige esta herramienta del Col·legi d’Enginyers Industrials de Catalunya para fomentar la creación de empresas tecnológicas, y desde la que ha lanzado el Fons Enginyers, con 3 millones de euros (aportados por el Col·legi, asociaciones de ingenieros, el Sabadell y fondos europeos), pensado para ayudar a empresas técnicas a dar un salto al mercado.

Román es informático dedicado a la gestión de empresas, pero él se define como “un jugador de primera base en el juego a la defensiva”, algo que para los entendidos del deporte debe significar mucho. “Es la primera de las cuatro bases en el campo de juego que un jugador a la ofensiva (bateador y corredor) debe tocar en sucesión para lograr la anotación de una carrera”, explica Román. “Es una posición importante porque una gran cantidad de eliminaciones de los jugadores a la ofensiva se realizan en la primera base”. Se asocia a jugadores con muchos reflejos y muy seguros cogiendo la bola. Y fue primera base Lou Gehrig, famoso por la película El orgullo de los Yankees protagonizada por Gary Cooper.

Nacido en Barcelona en 1956, de familia aragonesa, hizo el primer curso de Ingeniería de Telecomunicaciones y en segundo ya se pasó a la recién creada Informática. Y entre 3.000 aspirantes consiguió una de las cincuenta plazas para licenciados que ofrecía el Banco de Bilbao. La formación incluyó seis meses en una oficina de banca corporativa en Barcelona, donde el director era Higinio Raventós (Confide), el segundo Pere Rifà (fue director general de Caixa Sabadell), y su tutor directo, Jaume Guardiola (actual consejero delegado del Sabadell). “Hay cosas que te marcan en la vida”, dice Román, y una de ellas fue descubrir en ese entorno el mundo de los negocios, por el que dejó la informática.

Luego llegó la fusión con el Vizcaya, los juegos de sillas. Román estaba en créditos al consumo y siguiendo a uno de sus jefes acabó en una empresa financiera de automoción participada por Barclays y Nissan. Luego la japonesa pasó a Renault... y se fue de director comercial y marketing a Guillamet, una empresa familiar que comercializaba material de oficina. Pero ese sector también estaba en reestructuración, y de nuevo siguió a Salvador Soler, que lideró un management buy out por el que se quedaron la división de mantenimiento de oficinas bancarias. “No pudimos hacer la transformación tecnológica, nos encargábamos de las máquinas de escribir y de contar billetes”. La aventura “acabó fatal”, pero “fue una experiencia fantástica: cuando sientes un negocio como algo tuyo, la pasión, el compromiso son diferentes que cuando trabajas para terceros”. Encontró trabajo en CEAC para organizar unos programas de formación con Foment de Treball, paso previo a que le ofrecieran en 1999 el puesto de gerente de la demarcación de Barcelona en el Col·legi de Arquitectes. Así empezó una etapa que duró casi diez años: “Fui el primer gerente profesional del Col·legi, me tocó profesionalizar, hacer una gestión del cambio enorme. Pillé la gran subida de la actividad y un momento extraordinario en cuanto al prestigio de los arquitectos catalanes, referentes en el mundo”. En esa etapa lideró empresas participadas e iniciativas tecnológicas del Col·legi, que aseguran que eran la envidia de otras organizaciones profesionales.

Hasta que en las elecciones del 2006 cambió la junta de gobierno, “la política de colegios es muy complicada”, se limita a decir. De todos esos años lamenta lo “muy difícil que fue predecir lo que iba a pasar” –el derrumbe del sector– y se queda con la parte buena, “lo gratificante que es cuando ves que hay una conjunción de pasión y objetivo común y tu equipo funciona solo”. Ya había hecho un máster en Esade, y esta vez, ante la tesitura de buscar trabajo, se recicló en el Iese. Y le ofrecieron a la vez dirigir la Asociación Española de Directivos y poner en marcha Enginova. “Durante un año compatibilicé las dos cosas, pero al final tienes que focalizar”. En estos cuatro años de Enginova han asesorado a unos 250 proyectos, “al menos unas veinte han tenido recorrido”.

Román descubrió el béisbol en el colegio y con los compañeros crearon su primer equipo, el Don Bosco. Luego quiso transmitirlo a sus hijos y se acercó a la sección del Barça, en la que estuvo hasta que la actual junta la disolvió. “Fue un shock, ese año ganamos la División de Honor de la Liga española , ¡por primera vez desde 1956!”. La actividad sigue desde el Club Beisbol Barcelona, a cuya junta pertenece y desde la que están organizado el campeonato de Europa.

Su mujer, Anna, es directiva de la filial de una empresa italiana de componentes aislantes. Su hijo mayor, Óscar, estudió en EE.UU. con una beca para jugar a béisbol, pero regresó a casa en 2011, tras el accidente que mató a Sergio, de 21 años. “Los dos eran primera base”; dice su padre, que ya es abuelo de Austin, de tres años. Román está en primero de Psicología del Deporte, en la Uned. En representación del béisbol pertenece al Panathlon, club creado por Samaranch “para mantener vivos los valores del deporte”. Y creó su empresa –“cuando hablas de emprendeduría, la mejor forma es vivir la experiencia, los apuros que hay que pasar”–, desde la que hace consultoría pero que sobre todo le ha servido para ayudar al lanzamiento de Buysball Sports, un proyecto de Óscar y unos amigos que comercializa material y eventos de béisbol y quiere apoyar a jugadores que puedan ir a EE.UU.